Que el corazón te palpite a cien por hora. Recuerda que llorar no suprime dolores. Que sueñes pero que no se te olvide volar. Súbete a lo más alto y que si tienes que bajar, baja. Disfruta, pero camina y no te detengas en el camino. Si tropiezas, te levantas, aunque sepas que volverás a tropezarte. Nunca dudes y sobre todo que no se te olvide, que aunque soñar sea gratis, hace falta principalmente una cosa, para soñar primero hay que sonreír. Y sin esto, no puedes cumplir nada de lo anterior y sin sueños la entrada está PROHIBIDA aquí...



viernes, 9 de enero de 2015

Dejarse llevar suena demasiado bien...

Uno de mis placeres es leer poesía, leer a gente que escribe y que termina robando mis pensamientos y plasmarlos, algunos son fugaces y al cabo del tiempo ya no pienso lo mismo, pero con otros termino leyéndolos una y otra vez pensando que porque es y sigue siendo así mi vida.

"Que nadie ha sabido mirarte lo suficiente como para verte.
Que nadie se ha quedado escuchándote hasta oírte. 
Alguien que aterrice a tu lado y que se quede ahí."

El problema de la poesía es que cada uno le da el sentido que quiera darlo. Durante este ultimo año he pensado mucho en esa ultima frase, en ese alguien que decidiera quedarse en mi vida más de un ratito, que aterrizase su avión y se quedara conmigo, o bien que voláramos juntos, me daba igual una que otra.
Empecé el 2014 diciendo a mis amigas que este año iba a ser el mío y que por fin me echaría novio, lo decía en bromas pero en el fondo sabia que después de cuatro años las historias de una noche no me salvaban de nada y que por más que me prometiera no volver a querer a nadie, muy en el fondo, sabia que mi yo muy feliz necesitaba a esa persona que a parte de mirarme también me viera. Alguien que me recorriera la piel, pero yo también la suya.

"Siempre me pregunto porque los pájaros eligen quedarse en un mismo lugar pudiendo volar a cualquier lugar de la tierra. Entonces me hago a mi esa pregunta."

Y de repente, a poco mas de un mes de acabar el año apareces tú en mi vida, y como siempre, como yo creía que era, como un intento de ser uno más en mi vida, y digo intento porque por suerte no eres uno más en mi vida. Hubo un chip en mi cabeza que decidió dejarse llevar, y sin obligarme a ello. Y aun me lo pregunto, porque tú y no otro, porque sigo en el mismo sitio cuando podría seguir yendo a todos, seguir con la vida que tenia antes de conocerte, mi rutina durante más de cuatro años.

"Me miraste y te pregunté:
¿Que has visto en mi? 
-Una flor en medio de un campo en ruinas, contestaste tú."



Y eso es lo que pienso de mi, que soy una desastre que a veces se rompe.   Que soy las sobras de una casa abandonada, la casa sin tejado. La chica dura que no lo es para nada. Creo en que el dolor es solo lo que tu le permites que sea, es a lo que me he obligado todo este tiempo, a no sentir dolor, a no tenerle cerca. Si quería a alguien significaba tener muchas probabilidades de sentir ese sentimiento otra vez, y es algo que me repetía continuamente, para mi una vez era más que suficiente. 

Pero creo en el destino, en que estamos en el momento exacto y en el lugar adecuado para conocer a ciertas personas que harán de nuestra existencia un momento feliz.
Y es lo que creo, creo que mi socorrista que una tarde me hizo chocolate con churros consiguió hacer y hace de mi vida momentos felices.

"No sabemos porque tenemos feeling con alguien. No hay explicación objetiva. Pero es así."

Es verdad, no puedo preguntarme porque el si y los demás no. Al igual que no puedo machacarme con un porque yo y no las demás. Un porque a ¿por qué sigues a mi lado?. Ya te lo dije, vivo acostumbrada a que la gente se marche de mi lado, a que se queden un pequeño rato y me hagan feliz y después se vuelvan a ir. No estoy acostumbrada al miedo, al de que me hagan daño, al de poder hacerlo yo, al daño repentino. Miedo a perder, a perderme. No estoy acostumbrada a ésta, para mi, dulce felicidad, porque no puedo evitarlo, pienso en ti y sonrío. Y es esta la parte complicada de mi vida, la de la persona que la cuesta acostumbrarse a los cambios, la de que se come la cabeza porque todo vaya tan bien que tenga que ser imposible.

Lo siento. No lo admito, pero se que es así, no hay explicación objetiva. 

sábado, 23 de agosto de 2014

ARENAL SOUND 2014



Jamás me había sentido tan agotada tras un viaje. Una semana he necesitado para recargar mis pilas de este fantástico verano. Y ahora que todos mis dolores han pasado puedo decir que estoy preparada para otro ARENAL SOUND. Da igual que me quedara ronca desde el segundo día y que mis pies me pidiesen todo el rato un poco de descanso, una vez al año de machaque no hace daño. Da igual llegar a casa medio enferma y medio muerta pidiendo a gritos una buena ducha de agua caliente y poder decir MIS PIES ESTÁN LIMPIOS, es que estoy hasta echando de menos eso, salir de la ducha muerta de frío e ir andando hacia la tienda despacito para intentar al menos no mancharme las piernas, y efectivamente, nunca lo conseguía. Echo de menos la mierda que acumulábamos Nati y yo en nuestra tienda día tras día y lo poco que nos importaba. El querido Sálvame a las doce de la mañana tostándonos al sol con nuestro querido chufchuf, echo de menos que nos regalen viajes en barco (oh si, ese día fue el mejor) y que nos pregunten 100 personas (por lo menos) que donde conseguimos nuestra querida camiseta de negrita. Echo de menos nuestro grito oficial causador de mi ronquera, ¡Y QUÉ! PA, PA, PA. Echo de menos a todo un barco y la lancha de la zoodiac imitándonos , echo de menos perder mi crema todos los días y tener que pedírosla. Echo de menos esas apalancadas en la silla y las horas de la siesta. También a nuestro querido intento por querer ver todos los conciertos, pero joder, el tiempo allí volaba. Echo de menos esas vueltas volviendo a la tienda por nuestro querido paseo viendo el amanecer. Echo de menos saltar como unas locas y ver “ollas” cada dos por tres. Echo de menos a Peter Pan y a mi “Pablito” que se me ha quedado en Burriana, echo de menos decir no puedo con mi vida y acostarme a las nueve de la mañana. Quiero volver y reírme hasta llorar porque Hulk se ha escapado y ha ido haciendo sus necesidades por ahí. Echo de menos esas fiestas en la piscina, a la cual no pensábamos ni ir. Echo de menos que nos despierten diciendo que qué hacemos dormidas y también a ¡Nacho, cómeme el pistacho!. Echo de menos quemarme todos los días por mucha crema que me diese, comer a las seis de la tarde porque las fiestas de la mañana se nos iban de las manos. Creo que lo único que no echo de menos eran esos largos paseos hasta el Mercadona, bueno, qué coño, también, esos momentos de vuelta con la mcuto y el intento de esconder botellas de cristal y luego tener que mezclarlo en botellas de agua y claro, luego la gente bebía vodka en vez de agua porque decían confundirse. Echo de menos esa mesa guarrona imposible de tenerla limpia más de 15 minutos. Echo de menos ese primer día que decidimos beber calimocho para ir de tranquis y que fuese todo lo contrario. Echo de menos decir: estoy negra, pero esto igual se quita cuando llegue a casa.
Podría seguir con una lista infinita pues echo de menos demasiadas cosas, la buena música, las amigas, la gente que conocías durante diez minutos y no volvías a ver, pero hablabas porque si. El dulce placer de saber que no estas en tu ciudad y allí no te conoce nadie.
No pude escoger mejor compañía para disfrutar de este increíble viaje, no sé si el año que viene volveremos a estar ahí, pero que volveremos de eso no hay ninguna duda.


PD: Joder, que sigo echando de menos vuestro careto al despertar, pero de verdad, gracias por hacerme reír durante seis días seguidos, sois lo mejor.

martes, 25 de marzo de 2014

Has dejado escapar tantos atardeceres por creer que eran todos iguales.

Si te hablo de mi no voy a gustarte, es algo que se de sobra. Mi gente es la de siempre, los que conocí cuando es época de conocer y se quedaron, y son ellos mi historia y los que me enseñaron.

 Puedo decirte que soy cabezota y caprichosa, que como algo se me meta en la cabeza tenemos un problema, voy en contra del viento hasta quedarme sin aliento, igual no lo consigo, pero lucho por ello. Para mis amigas soy la desastre y me encanta esa palabra, porque en realidad es eso lo que soy, un desastre. Despistada que ama los problemas, cualquier tipo de problema. Pero creo que no todo es malo, se que soy la fiestera del grupo y que si un fin de semana no salgo deben llevarme a urgencias porque estoy muy enferma. Pero también es cierto que no es que ame la fiesta, porque en realidad en mi ciudad es siempre lo mismo y la misma gente. Yo lo que amo es estar fuera de casa, me da igual el lugar, sólo quiero buena compañía, en un coche, en un banco, en un bar, en otra casa, en Madrid o en París. Soy la chica de buscar compañía para una noche y desprenderme enseguida por la mañana. Amo los abrazos desde el día que decidí quitármelos, pero también es verdad que prefiero dormir acompañada de mí misma.
Me gusta ser un desastre sí, pero porque cuando llega un nuevo desastre se que es lo que tengo que cambiar en mi vida. Siempre lo he dicho, no me gusta la rutina porque siempre viene algo para cambiarla y como no, soy una persona a la que le cuesta acostumbrarse a los nuevos cambios. Me gusta lo conocido, me acojona lo desconocido. Lo desconocido solo me gusta conocerlo de los lugares, porque para mi amamos las ciudades por los recuerdos que dejamos en ellas tras marcharnos, esos recuerdos mágicos de cualquier rincón de cualquier lugar del mundo que es para nosotros ya especial, y por suerte en mi lista ya tengo un montón de ciudades con buenos recuerdos.


Pero ya os he dicho que no todo es malo. Soy positiva y una de las cosas que más me gusta hacer en la vida es sonreír, sonreír al mundo y a sus penas, sonreír a los idiotas que nos hacen llorar o a los que lo intentan, sonreír para hacer a otro reír, pero en definitiva sonreír porque si.
En mi lista de cosas buenas tengo que meter también mi amor incondicional por esos pequeños animales llamados perros, especialmente por los míos, porque ojalá fuésemos capaces de transmitir lo que ellos nos transmiten sin necesidad de ningún tipo de palabra.
También he de decir que amo escribir (aunque esto no sé si es bueno o malo) pero que ya no lo hago tanto como quisiera, escribir me quitaba las penas cuando las tenía, es algo bueno con lo que he aprendido a vivir, que las penas cambian su sabor, su calor, su color y su olor.
Quien me conoce sabe que soy algo bromista y que no duro más de media hora hablando seriamente del tema del amor, pero quien me conoce también sabe porque soy así. Con el tiempo he aprendido que me gusta el tiempo, el tiempo que malgastamos, el tiempo que aprovechamos, el tiempo que esperamos, el tiempo que luchamos, el tiempo que sufrimos, el tiempo que usamos en amarnos y en odiarnos, el tiempo que usamos con los amigos y el poco que usamos con la familia, el tiempo en dormir y también en morir. En definitiva el tiempo para todo. Ha sido el tiempo quién me ha enseñado a ser quien soy, pues el transcurso del tiempo de mi último daño hasta hoy es quien me ha hecho ser. Y el transcurso que decidimos esperar hasta el siguiente daño es quien nos hace ser. Pues solo nosotros somos capaces de decidir si estamos dispuestos a soportarlo otra vez. Y eso es lo que yo he aprendido del tiempo, que nunca estuve dispuesta a soportarlo otra vez. Pero el tiempo también me ha enseñado algo, me ha enseñado a no recomendar a nadie lo que yo he hecho, porque una vez que te propones no volver a confiar en nadie más costará salir de ahí. Y ese fue mi error, que en vez de conocer gente me propuse desconocerlos. Pero también el tiempo te enseña a cambiar y a conocer gente que por suerte se queda  un ratito en tu vida.
También amo lo imposible, y aunque rechazo historias de amor se que por suerte me encantan las casualidades. Creo en el destino, en que estamos en el momento exacto y en el lugar adecuado para conocer a ciertas personas que harán de nuestra existencia un momento feliz.
Es verdad, solo he querido a un hombre en mi vida, pero no ha sido el único que me ha hecho feliz, y eso también me lo ha enseñado el tiempo.
Para mis amigas soy el bicho raro que no entienden como puedo aguantar soltera cuatro años tras ya saber que es el amor, y yo en verdad tampoco lo sé. No sé quien será ese chico que me haga feliz no sólo una noche, sino que me haga feliz un largo tiempo. Pero es que el jodido tiempo me ha enseñado a esperar, aunque suene raro, porque se que aunque tenga que esperar otros cuatro años aparecerá esa persona, en el mismo lugar y a la hora exacta para cambiar su vida y la mía. Y se que todo lo que ya haya vivido lo viví como tenía que vivirlo y que después me tocará vivirlo con alguien, por mucho que tarde en llegar. Se que soy complicada y un tanto extraña, que a veces llevo la contraria porque si y que me cuesta regalar amor, pero amo mi vida y sus giros inesperados, y que de momento, quien me hace feliz son mis amigas y algún que otro beso robado.

 Pero en definitiva, si de todo lo que he escrito tuviese que resumirme en una sola frase diría de mi que odio el silencio pero que a veces lo busco.

lunes, 27 de enero de 2014

"No he venido para quedarme, pero voy a dolerte."

Eran tan olvidadizo que me enamoraba. Era tan poco cariñoso que cuando me rozaba solo conseguía ponerme más nerviosa. Era tan pasota que me encantaba. Y de ser tan tan me consumió. 

Y cuando sufro noches de insomnio recuerdo porque no me gusta el amor. Por la mente, por lo que es capaz de crear mil historias en una cabecita en una sola noche completamente en vela.

He vuelto, a escribir quiero decir. No me gusto así, así sin poder dormir. Sin preguntarme tantos ¿por qué? a tantas preguntas sin respuestas. Aunque a decir verdad, respuestas tengo, solo que no se cual es la verdadera, o si en realidad no es ninguna de esas.

Pienso en lo bonito que son los errores, en lo bonito que son las historias que tienen un final desde el principio. En esas historias que por mucho que sepas que van a terminar más ganas tienes de continuarla. 

He llegado a consumirme en estos casi cuatro años, y me doy cuenta ahora. De lo necesario que es un abrazo, pero uno de verdad. En lo bonito que es una historia cualquiera de nuestra vida, una locura, una risa con sonrisas, una cerveza, una caricia.



Ahora bien, podría decirme alguien que hago yo ahora que no quiero irme pero se que no voy a volver. Se que hay historias que no se definen por el resultado. Igual que hay personas que hasta como error son preciosas.

Y ahora que se -pero no quiero ver- que esto se ha acabado. Gracias. Gracias por haberme prestado un poco de tu tiempo para malgastarlo conmigo. Gracias porque en algunos momentos me hiciste un poco más feliz. 

Y no es fácil,  porque vivo en una continua felicidad aburrida, que solo tú   -o quizá alguien más- pudiste cambiar. Y te lo agradezco, porque te has llevado lo mejor de mi en estos casi cuatro años. Y me hacia(s) falta.





jueves, 7 de febrero de 2013

Ante lo que pudo ser y no fue.


Supe que me había olvidado definitivamente en el momento en el que lo vi mirarla. Y lo supe porque antes me miraba a mí así.

Tantos años después no he vuelto a mirar a nadie de la forma en la que lo miraba a él. Es fácil no dejar que entre nadie en tu vida, de una forma o de otra. Si miro todo este tiempo atrás encuentro pocas diferencias, todo sigue igual. La gente que ha estado entrando en mi vida tarde o temprano ha salido de ella. Incluso hasta cuando me cansé de apartar a todos de mi vida seguían desapareciendo. Porque siempre he acabado volviendo a mi yo imposible y raro. Es un yo que no me gusta, no se bien porqué.
Afirmo que los puntos finales facilitan la vida a la gente, que es lo que continuamente hacemos, poner puntos finales a todo. Llegué a odiar la vida porque estamos constantemente engañando. Incluso hasta cuando creemos estar engañando a los demás somos nosotros los engañados. Y es entonces cuando crece en mi interior la rabia, haciendo que vuelva mi yo solitario y egoísta. Supongo que ese es mi gran problema, he creído siempre que nunca he sido rencorosa pero aquí sigo sin fiarme de ningún hombre, al menos desde que dejara de mirarme él así. Incluso cuando por fin cedo a confiarme, cambiar un poco y romper mi escudo acabo descubriendo que no debería haberme confiado…




Es cierto, llevo demasiado tiempo olvidando nombres y reconociendo alguna cara. Enamorándome por las noches en los bares, desenamorándome de mientras con las sábanas de su cama mientras se hace de día. Voy volviendo a tener el corazón frío, volviendo a mi yo fiestero y caprichoso. Algún día acabaré cediendo, aparecerá alguien, estoy segura. Pero es difícil volver a querer tener a alguien ahí, porque no lo quiero, no ahora. Cierto es que a veces me gustaría volver a sentir esa felicidad idiota que se siente cuando se está enamorada. Pero la felicidad que se siente pudiendo hacer de todo sin dar explicaciones es muy diferente y esto también es algo que hay que vivir pues no dura toda la vida.

Estoy orgullosa de mi, siempre hay tiempo para cambiar, todos cambiamos. Y mientras llega ese cambio estoy orgullosa de haber dado mi corazón a una sola persona en mi vida. Me habrán robado besos, pero ninguno se habrá llevado uno verdadero...


Vuelvo a ser de todos los colores. He sido durante un mes (diría que hasta más) blanco y negro, y no quiero. Quiero mi sonrisa, mi yo con mis amigas, las de siempre.



 PD: Ahí afuera llueve, no deja de llover.
Invierno, mi estación preferida. Donde se
regalan abrazos y yo me niego a darlos...



Nunca de nadie.


jueves, 15 de noviembre de 2012

Que fue de ti verano...


"Ciento quince días han formado el mejor verano de mi vida. Muchas veces no hacen falta grandes viajes, ni grandes amores para poder hacer que un verano sea inolvidable. A mi solo me ha hecho falta una única cosa. Mis amigas. Ellas han hecho de ciento quince días los mejores días de mi vida. Y es cierto eso de que nunca es como se empieza, si no de como se acaba. Es cierto que me había tomado un año completamente sabático, en realidad no hay ninguna excusa a porque me comporté así, simplemente no estaba a gusto con mi vida, de nueve meses solo podría sacar tres momentos perfectos. Me dediqué a alejar a la gente de mi vida, inconscientemente, solo quería dormir, autoescuela y dormir. Tiré un curso por la borda, es verdad, podría arrepentirme por ello porque ahora de nuevo me toca volver a hacerle. Pero no me gusta arrepentirme de lo que hago, todo lo que se hace se hace por una razón y en ese momento fue lo que quise. Las consecuencias se afrontan, siempre. Pero lo que le debo a esos nueve meses es que por muy mal que te comportes a veces con tus amigos es cuando te das cuenta de quién son los de verdad, los que aún siguen en mi camino, a mi lado. Es cierto que mi verano no empezó con buen pie, pero cuenta en esos ciento quince días, porque el verano es eso, momento buenos y malos, pero que siempre los buenos te hagan olvidar todos los malos. Sabéis, este verano no solo le han marcado ciertos momentos, ciertas aventuras, ciertos besos o ciertos abrazos… La música ha estado completamente en cada una de mis salidas, en Ribadesella, en Suances, en Santander, en Selaya, en Pacha, en Salou… en definitiva, cualquier lugar era bueno para estar escuchando música, no solamente en discotecas o fiestas de algún que otro pueblo, en la playa, en el apartamento, a la hora de la ducha, en una tienda de campaña… Cierto es que durante todo el verano no había una canción que dijese, ¡ésta!, ésta es mi canción, una que cada vez que la recuerde diga, quiero que vuelva el verano de 2012… y tuvo que llegar la última semana de verano la que me dijese, soy yo, yo soy tu canción (Summer Paradise). Es increíble la sensación que me produce esta canción cada vez que la oigo. Joder, es que no se con que quedarme de este verano. Ha sido increíble toda la gente que he podido llegar a conocer, todas las risas que he podido tener, todos los abrazos que he podido regalar, a fin de cuenta la felicidad que he podido demostrar porque en realidad era así como me sentía. Es más, es la primera vez que he sentido que no quiera volver a la rutina, me parecía poco tiempo cuatro meses… Además volver a la rutina significaba estar sin ellas, sin mis dos mejores amigas, sin mis compañeras de viaje. He de decir que la frase que más he escuchado ¿Solo salís vosotras tres? Claro, ¿para que queremos más?. "




PD: Escribí este texto nada más terminar el verano, en realidad se supone que lo deje a medias porque no lo habia terminado. Hoy lo he vuelto a ver, pero después de dos meses continuarle sería un error porque no tengo la euforia que tenía en el momento que lo escribí, ni los mismos sentimientos. He llegado a la conclusión de que me gusta así, supongo que acabaría hablando de algún chico de verano, ¿pero que mejor forma que acabar con las personas que realmente me han acompañado en NUESTRO verano?



Así fue nuestro verano, nuestra gran compañera la maleta, quedarnos dormidas en cualquier rincón, en cualquier autobús a primera hora de la mañana, en cualquier aeropuerto. Y las ganas que dan con este cielo tan gris, de volver a coger un avión, con destino a cualquier lado. Solo pediría una última cosa. Que mis dos mejores amigas fueran mis acompañantes, como siempre.


miércoles, 1 de agosto de 2012

Rómpeme los esquemas, la rutina y las bragas, pero el corazón no


Esa sensación de acostarte y sentir que todo lo que haces no sirve para nada. Últimamente me pasa demasiado, como cuando robo un beso, un beso a cualquier desconocido, no hace falta mucho para ganarme, en el fondo quiero ser tan mala que termino siendo buena. Un abrazo, cuantas personas regalan abrazos por ahí, un montón, y cuanto me cuesta regalarlos a mí.
Que bonito es un atardecer en una playa, o en la entrada de una cueva o simplemente contigo. ¿Y quién es ese contigo? No está bien regalar momentos bonitos a nadie, no está bien regalar amaneceres, ni besos andados cogidos de la mano. No está bien reír, ni pegar, ni y mirar y gritar, no si no pretendes que ese alguien sea alguien.
¿Cuántas cosas haces bien? ¿Aun recuerdas que es eso? Siempre caminado hacia atrás, un pasito hacia delante significa tres hacia detrás, uno, tres. Vuelves a empezar. Tú y solo tú, cuantas veces te has intentado creer eso. Innumerables. La soledad es perfecta si sabes llevarla y en dos años no he sabido controlarla, y el tiempo pasa y parezco no cambiar. Parece que es verdad eso de que el dolor es capaz de cambiar a la gente, ¿y mi yo? Mi yo amable y dulce, mi yo inocente y feliz, mi yo fuerte y alegre, alegre como el sol cuando sale en verano. Ahora amo la lluvia, la lluvia en pleno verano, el sol en pleno invierno. Frío, cuanto adoro el frío, el frío de tu cuerpo y tu olor. Ni te imaginas como me sé de memoria tu olor. Fugaz, como cuando apareces en mi vida. Fugaz como cuando intento olvidarte y se me olvida, se me olvida quien eres y pretendes ser. Pero tampoco pretendo que seas, soy experta en hacer poco caso al pasado, pero me acojona el futuro. Que malos somos planeándole, está bien vivir tu presente, el problema es que tu presente pertenece a otras personas. Un abrazo. AHORA. Quiero un atardecer, he perdido demasiados en todo este tiempo, he tardado en reconocerlo, pero si no permites que nadie te conozca no vas a conocer a nadie. Nadie que sepa como hacerte feliz, nadie que te diga “que fea estás hoy, me apetece comerte a mordiscos, hoy, mañana y todo el tiempo que nos queda”.
Cuántas sábanas desechas, cuántas madrugadas sola…
Hasta la Luna está rodeada de estrellas.
Soledad que bonito nombre tienes, pero hay demasiadas Julietas demacradas buscando a su Romeo. Felicidad estúpida la llamaban. La he sentido, claro que si, como no voy a sentirla, pero no la recordaba. No recordaba que es sentir ver a esa persona con otra, cuántas veces a podido la razón al corazón, el orgullo a la cabeza. Impulsiva y caprichosa por naturaleza, y así me va. Podría odiarte, muchísimo, pero por suerte nunca podré odiar a nadie, solo a mi, como ahora, como mañana y como todo este tiempo tan eterno. Sufro de felicidad continua y aburre. Aburre mi yo continuo, mi yo sin un nosotros. O un yo contigo.
Supongo que cuando te convences de algo es casi imposible salir de ahí, imposible querer, imposible ser la tú de antes. ¿Es cierto que la gente cambia? ¿Qué las cicatrices nos definen? Un amor no debería cambiarnos, en ningún sentido, debería estar permitido ser igual de feliz sin él, porque es una gran putada que un amigo no pueda darte todo aquello que necesitas. ¿Dónde has dejado a aquella niña? Aquella que ya no jugaba , aquella que solo quería despertarse y mandar un mensaje, cualquiera, uno cualquiera. Quiero irme lejos, lejos de aquí. Quiero mi luna llena naranja de verano, nunca me falla y aún no la he visto…
Tumbarme, mirarla y preguntarme si todos los días de mi vida pretendo hacer esto. Y no, no quiero, como tampoco quiero un príncipe en mi puerta. Quiero un jodido cabrón que me digas “has engordado, pero cuánto te echaba de menos joder”.




PD: Y me di cuenta de que tenía que
 olvidarme de tí justo cuando empecé
 a olvidarme de mí.