Supe que me había olvidado definitivamente en el momento en el
que lo vi mirarla. Y lo supe porque antes me miraba a mí así.
Tantos años después no he vuelto a mirar a nadie de la forma
en la que lo miraba a él. Es fácil no dejar que entre nadie en tu vida, de una
forma o de otra. Si miro todo este tiempo atrás encuentro pocas diferencias,
todo sigue igual. La gente que ha estado entrando en mi vida tarde o temprano
ha salido de ella. Incluso hasta cuando me cansé de apartar a todos de mi vida seguían
desapareciendo. Porque siempre he acabado volviendo a mi yo imposible y raro. Es un
yo que no me gusta, no se bien porqué.
Afirmo que los puntos finales facilitan la vida a la gente,
que es lo que continuamente hacemos, poner puntos finales a todo. Llegué a
odiar la vida porque estamos constantemente engañando. Incluso hasta cuando
creemos estar engañando a los demás somos nosotros los engañados. Y es entonces
cuando crece en mi interior la rabia, haciendo que vuelva mi yo solitario y egoísta.
Supongo que ese es mi gran problema, he creído siempre que nunca he sido
rencorosa pero aquí sigo sin fiarme de ningún hombre, al menos desde que dejara de mirarme él así. Incluso cuando por fin
cedo a confiarme, cambiar un poco y romper mi escudo acabo descubriendo que no
debería haberme confiado…
Es cierto, llevo demasiado tiempo olvidando nombres y
reconociendo alguna cara. Enamorándome por las noches en los bares, desenamorándome
de mientras con las sábanas de su cama mientras se hace de día. Voy volviendo a
tener el corazón frío, volviendo a mi yo fiestero y caprichoso. Algún día
acabaré cediendo, aparecerá alguien, estoy segura. Pero es difícil volver a
querer tener a alguien ahí, porque no lo quiero, no ahora. Cierto es que a
veces me gustaría volver a sentir esa felicidad idiota que se siente cuando se
está enamorada. Pero la felicidad que se siente pudiendo hacer de todo sin dar
explicaciones es muy diferente y esto también es algo que hay que vivir pues no
dura toda la vida.
Vuelvo a ser de todos los colores. He sido durante un mes (diría
que hasta más) blanco y negro, y no quiero. Quiero mi sonrisa, mi yo con mis
amigas, las de siempre.
Invierno, mi estación preferida. Donde se
regalan abrazos y yo me niego a darlos...
Nunca de nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario