Que el corazón te palpite a cien por hora. Recuerda que llorar no suprime dolores. Que sueñes pero que no se te olvide volar. Súbete a lo más alto y que si tienes que bajar, baja. Disfruta, pero camina y no te detengas en el camino. Si tropiezas, te levantas, aunque sepas que volverás a tropezarte. Nunca dudes y sobre todo que no se te olvide, que aunque soñar sea gratis, hace falta principalmente una cosa, para soñar primero hay que sonreír. Y sin esto, no puedes cumplir nada de lo anterior y sin sueños la entrada está PROHIBIDA aquí...



lunes, 14 de noviembre de 2011

Me aburría de tanto pensarte.

"Y un dia descubrirás que mirar hacia atrás habrá dejado de doler"
Exactamente pensaba eso todas las mañanas, hasta que la indiferencia se apoderó de mi, creia que el tiempo es quien lo puede todo, pero en realidad es del olvido de quien nos tenemos que olvidar.

No supe que era el olvido hasta que descubrí que era eso lo que debía hacer. Llovía, aquel día llovia mucho y en cambio hacia calor, el aire olia a asfalto mojado y me encantaba. Era un día de esos de quedarte en casa viendo todas las películas posibles y soñar con historias imposibles que nunca te sucederán. Y yo estaba harta de películas románticas, queria la realidad de mi vida, y la verdad era que estaba sola, como ayer y como hace más de algún que otro año y no me importaba, era un día de no tener tiempo para echar de menos alguien. Asi que cogí a mi perro, mis catiuscas, mi ipod y mi paraguas y salí a conocer mundo. El mismo mundo que veian mis ojos durante todos los días. Y me senté. Empapada tanto mi perro como yo. Y sonreía, algo estaba cambiando por fin en mi. Levanté la mirada, dispuesta a mirar la bahía, pero alguien se puso en medio y decidido, sin preguntar tocó a mi perro. Este casi siempre suele morder. Y yo se lo comenté después, solo me respondió que posiblemente, pero que no había sucedido. No se si estaba más extrañada si porque mi perro no le hubiese mordido o porque el también hubiese salido a pasear con aquel tiempo. Y desapareció, tan rápido como fue nuestra conversación. Ahora cada vez que llueve voy al banco de la bahía haber si ha vuelto a dar una vuelta en un loco día de lluvia, soñar sigue siendo de locos. Porque para ser claros, quien ha podido conmigo ha sido la lluvia, pues la herida de mi corazón ha dejado de llorar.

PD: Que mejor perfume que el olor a lluvia...