Septiembre. Vuelta a la rutina, a la que siempre digo que jamás me abandona. No sé bien por qué, pero septiembre me apasiona, me llama la atención. Este, como otros es bien distinto, por primera vez deseo quemar unos apuntes como cualquier otro que haya tenido que estudiar para septiembre, mañana es el día de la muerte. Ahora de mientras suena Wake Me Up, When September Ends-Green Day, ¿que irónico verdad?, pero cada vez que escucho esta canción recuerdo el septiembre pasado, un año, quien lo iba a decir, que rápido pasa el tiempo. Quizás igual por eso hoy estoy tan extraña. Le he vuelto a ver, esta vez bien, hemos hablado y si te digo la verdad, creo que he cambiado. O yo o mis sentimientos. Me habló de su vida y preguntó por la mía, no me hizo falta preguntarle nada para contarme que era feliz con otra, lo miré y no contesté, siguió y a mi no me importó. Yo no le conté nada, no le dije que había conocido a alguien, que en realidad no era nadie pero que había conseguido cambiarme e ilusionarme de nuevo. ¿Por qué debía contárselo? Al menos yo quiero seguir teniendo mis vacaciones oficiales hasta el 19 de este mes, y para colmo me han robado un día. He sido un poco borde, pero ya tendré nueve meses por delante para dejar de serlo. Y se ha dado cuenta, me dijo que estaba enfadada con él pero que no recordaba porqué, entonces si el no lo recordaba, yo mucho menos. Me alegro de que sea feliz, de verdad. Es más aún recuerdo cuando le dije que le iba a querer hoy y siempre, pero hoy se termina y mañana será otro día. Mañana a la noche cuando esté en el avión rumbo a Murcia quizá recuerde algo de él, como aquella noche en la que estando allí me prometió la Luna. Pensé que nunca, nunca lo iba a superar, que no encontraría alguien que pudiera superarle, pero ¿sabéis? He aprendido a diferenciar entre querer y tener recuerdos. Será uno más de los eternos, pero nunca uno más de los desconocidos. No se trata de cuanto se dura, sino de la intensidad con la que se vive. Y sí, quizá por la intensidad con la que viví aquella historia (y digo aquella porque hace mucho que dejó de ser ésta historia) me costó volver a la realidad de mi mundo, hoy se una cosa, me voy a ir a la cama queriendo tener a alguien a mi lado. Ha pasado un año de mi promesa y yo también necesito oír otra vez, buenos días vida.
PD: Si terminas o no, que no sea como el anterior
hace mucho que dejé las lágrimas
por una sonrisa cada día, por un olor
diferente en cada amanecer y por unas
nuevas sábanas cada anochecer.