Hace 15 días se fue oficialmente para mí el verano. Septiembre es un buen mes, comienza la rutina de nuevo, otra vez a cerrar ciclos y a ser la chica ‘aplicada’ después de intensas vacaciones, sobre todo estas. Hubo un momento en el que no dejaba de pensar que el verano estaba terminando y que para ser una de las estaciones que menos aguanto no quería que pasara, extraña de mí. Un día, otro y otro… hasta que se acabó. Hoy me he dado cuenta de que es Otoño, no por el tiempo, hace más calor que en pleno verano, sino porque aunque hiciese ahí fuera 30 grados caían algunas hojas al suelo, unas poquitas y me puse a pensar que entonces el árbol debe estar triste, como si fuese a perder a su Sol poco a poco. Como que noté en mí cierta tristeza por un cambio de estación a otra.
Dicen que hay amores eternos que solo duran una noche. Y yo no creo al tipo que dijo aquella frase, si es eterno no termina. No voy a decir que conocí al chico de mis sueños, porque eso no existe, pero si que en una sola noche encontré a un tipo parecido al de mis sueños. Y puede que hoy sea Otoño, que él haya durado una sola noche, que entonces desapareciera de mi vida y que probablemente no vuelva ya a ella, pero tengo una cosa clara, yo no se como sienten ustedes pero yo soy de las que digo ‘voy a dormir’ y a oscuras me quedo pensando en esa persona…
PD: Mi chico de verano a veces da señales de vida,
y quizás me haga feliz. Pero el verano viene y se va
y mi amor cambia en cada estación.