Esa sensación de acostarte y sentir que todo lo que haces no
sirve para nada. Últimamente me pasa demasiado, como cuando robo un beso, un
beso a cualquier desconocido, no hace falta mucho para ganarme, en el fondo
quiero ser tan mala que termino siendo buena. Un abrazo, cuantas personas
regalan abrazos por ahí, un montón, y cuanto me cuesta regalarlos a mí.
Que bonito es un atardecer en una playa, o en la entrada de
una cueva o simplemente contigo. ¿Y quién es ese contigo? No está bien regalar
momentos bonitos a nadie, no está bien regalar amaneceres, ni besos andados
cogidos de la mano. No está bien reír, ni pegar, ni y mirar y gritar, no si no
pretendes que ese alguien sea alguien.
¿Cuántas cosas haces bien? ¿Aun recuerdas que es eso? Siempre
caminado hacia atrás, un pasito hacia delante significa tres hacia detrás, uno,
tres. Vuelves a empezar. Tú y solo tú, cuantas veces te has intentado creer
eso. Innumerables. La soledad es perfecta si sabes llevarla y en dos años no he
sabido controlarla, y el tiempo pasa y parezco no cambiar. Parece que es verdad
eso de que el dolor es capaz de cambiar a la gente, ¿y mi yo? Mi yo amable y
dulce, mi yo inocente y feliz, mi yo fuerte y alegre, alegre como el sol cuando
sale en verano. Ahora amo la lluvia, la lluvia en pleno verano, el sol en pleno
invierno. Frío, cuanto adoro el frío, el frío de tu cuerpo y tu olor. Ni te
imaginas como me sé de memoria tu olor. Fugaz, como cuando apareces en mi vida.
Fugaz como cuando intento olvidarte y se me olvida, se me olvida quien eres y
pretendes ser. Pero tampoco pretendo que seas, soy experta en hacer poco caso
al pasado, pero me acojona el futuro. Que malos somos planeándole, está bien
vivir tu presente, el problema es que tu presente pertenece a otras personas. Un
abrazo. AHORA. Quiero un atardecer, he perdido demasiados en todo este tiempo,
he tardado en reconocerlo, pero si no permites que nadie te conozca no vas a
conocer a nadie. Nadie que sepa como hacerte feliz, nadie que te diga “que fea
estás hoy, me apetece comerte a mordiscos, hoy, mañana y todo el tiempo que nos
queda”.
Cuántas sábanas desechas, cuántas madrugadas sola…
Hasta la Luna
está rodeada de estrellas.
Soledad que bonito nombre tienes, pero hay demasiadas
Julietas demacradas buscando a su Romeo. Felicidad estúpida la llamaban. La he
sentido, claro que si, como no voy a sentirla, pero no la recordaba. No
recordaba que es sentir ver a esa persona con otra, cuántas veces a podido la
razón al corazón, el orgullo a la cabeza. Impulsiva y caprichosa por
naturaleza, y así me va. Podría odiarte, muchísimo, pero por suerte nunca podré
odiar a nadie, solo a mi, como ahora, como mañana y como todo este tiempo tan
eterno. Sufro de felicidad continua y aburre. Aburre mi yo continuo, mi yo sin
un nosotros. O un yo contigo.
Supongo que cuando te convences de algo es casi imposible
salir de ahí, imposible querer, imposible ser la tú de antes. ¿Es cierto que la
gente cambia? ¿Qué las cicatrices nos definen? Un amor no debería cambiarnos,
en ningún sentido, debería estar permitido ser igual de feliz sin él, porque es
una gran putada que un amigo no pueda darte todo aquello que necesitas. ¿Dónde has
dejado a aquella niña? Aquella que ya no jugaba , aquella que solo quería
despertarse y mandar un mensaje, cualquiera, uno cualquiera. Quiero irme lejos,
lejos de aquí. Quiero mi luna llena naranja de verano, nunca me falla y aún no
la he visto…
Tumbarme, mirarla y preguntarme si todos los días de mi vida
pretendo hacer esto. Y no, no quiero, como tampoco quiero un príncipe en mi
puerta. Quiero un jodido cabrón que me digas “has engordado, pero cuánto te
echaba de menos joder”.
PD: Y me di cuenta de que tenía que
olvidarme de tí justo cuando empecé
a olvidarme de mí.