Que el corazón te palpite a cien por hora. Recuerda que llorar no suprime dolores. Que sueñes pero que no se te olvide volar. Súbete a lo más alto y que si tienes que bajar, baja. Disfruta, pero camina y no te detengas en el camino. Si tropiezas, te levantas, aunque sepas que volverás a tropezarte. Nunca dudes y sobre todo que no se te olvide, que aunque soñar sea gratis, hace falta principalmente una cosa, para soñar primero hay que sonreír. Y sin esto, no puedes cumplir nada de lo anterior y sin sueños la entrada está PROHIBIDA aquí...



lunes, 4 de junio de 2012

Me cerré tanto a sentir que ya no sé lo que es eso.


“Ella no es de esas… perdón rectifico, no era de esas hasta que apareció él. Era más de las que conquistan tu cama y desaparecen por la mañana, de las que no lloran por amor ni se recorren el país en autobús por un beso. No era de las que piensa en la misma persona al dormir y al despertar, ni de las que hacen regalos y rechazan copas de un posible amor de una sola noche en un bar. No era de las que hacen planes ni desayunan cafés, mucho menos de las que dejan de preocuparse de sí mismas para preocuparse también por su amor, por el amor de su vida quizás.

Era de las que el humo del tabaco escapaba sensual entre sus labios, y no había nada más bonito que verla beber ron y bailar para cualquiera en una discoteca. De las que les llaman “puta” y sonríen. De aquellas a las que no les duele un “no” por respuesta, de las que no se enamoran, de las que no se comprometen, ni de las que repiten. Pero esa tarde de Febrero apareció él, con su sonrisa encantadora, su mirada especial y manos que eran capaces de acariciar como ningunas. Y llegó Marzo, y se convirtió en el amor de su vida, ¡qué felices somos en Marzo! Y llegó no buscar calor en otros brazos ni en otras camas que no fueran las suyas. Y el amor sin sexo. Y el saber esperar. Y el ser capaz de recorrer los kilómetros que les separan andando si hiciera falta. Y llegaron algunas noches llorando y sonrisas en la madrugada con sabor a sal, las reconciliaciones más bonitas que se puedan tener. Y hasta llegó enamorarse del “¡buenos días princesa!” Y llegaron los planes, los cafés compartidos y algunas copas menos. El humo del tabaco se esfumó de sus labios y lo cambió por “te quieros” que aún siguen sonando. Y ahora es una de las que se enamora, se compromete y repite, y repetiría mil veces más. De las que encontraron una razón para empezar de nuevo, y era él, como dice Hoobastank en su canción.”

Este texto no es mío, tengo la maldita costumbre de guardarlos todos, y ahora mismo no sabría decir de que blog lo saqué…

Pero hay veces que los sentimientos de los demás parecen estar escritos para nosotros mismos. Hace tanto que ya no soy la misma que no sé o no recuerdo como escribía. Era de aquellas que era feliz escribiendo, cuando estaba feliz y cuando estaba triste. Ahora ni si quiera lo hago. No es que no tenga tiempo, pues no me dispongo a buscarlo. Creía ser una chica enamoradiza, de la que la gustan los regalos de su enamorado. De los besos de despedidas en el portal y de un buenos días en la nariz. No es que esté anclada en el pasado, pero fue una historia que marcó para lo que es ahora mi presente. Ha pasado tanto tiempo que no logro entender porque no he vuelto a experimentar aquella felicidad. Yo no le echo de menos a él, echo de menos aquella felicidad. El sentir que eres feliz con alguien, que disfrutas a su lado, incluso viendo una película con el pijama puesto. Sin ningún tipo de vergüenza.

He conocido a tantos chicos desde entonces pero es que ninguno ha sabido llegarme, al menos no de esa manera. Creía que por fin estaba cambiando, pero mi corazón parece que lleva escrita la palabra miedo. Tengo miedo a sentir y sufrir. Pero teniendo a un chico tan maravilloso como tengo ahora a mi lado no entiendo porque aún no he empezado a sentir… Estoy segura que si le conocierais os enamoraríais de él. Incluso creo que así sería en mí si no hubiera vivido lo que he vivido. No me gusta engañarme, y no quiero hacer sufrir a nadie, ¿pero cómo explicas a alguien que en realidad estás a gusto a su lado, pero que no sientes absolutamente nada de amor? Ya sé que el amor se gana poco a poco, pero para mí el amor es locura, no rutina. No me gusta saber que tengo a alguien ahí siempre, al menos cuando se empieza. Hay veces que en el amor solo lucha uno para conseguir el amor del otro, entonces si yo ya lo tengo ¿por qué debo luchar entonces? No he hecho nada para conseguirlo, para tener a alguien a mi lado. Recibo cosas románticas, como en esos guiones de una película, pero me entra aún más pánico porque me encantaría poder demostrar que me ha encantado su regalo. Y me paralizo, me quedo muda. Como me hubiese gustado haber vivido eso cuando estaba enamorada. Y ahora me doy cuenta de que esas cosas solo son bonitas cuando estás enamorada. Pueden venirme todos los tíos del mundo a decirme un te quiero sincero que si yo no lo siento de verdad no puede ir nada bien. ¿Y como explicas todo esto a alguien que quieres como amigo? Deberían dejarme un libro de instrucciones de como no hacer daño. Últimamente se que no me entiendo, pero creo que no estoy preparada para querer todavía a alguien, no me hago a la idea de despertarme por las mañanas y decir ¡Buenos días mi amor! Lo veo tan cursi y empalagoso que me dan hasta escalofríos… y lo peor de todo, ¡es que yo era de las que lo decían! Pero no consigo verme así de nuevo, me siento estúpida por haber sido así. Y ese alguien estoy segura que espera eso de mí…

Se que no estoy preparada para estar en pareja, parece que mi promesa tiene que durar un tiempo más. Quizás conocer a alguien que no conozca mi pasado, o que saque de mi a esa cursi empalagosa… Pero no aún.


Y no es que quiera ser libre, solo que no estoy preparada para decir a alguien que va a ser el amor de mi vida. Aunque mis amigas se empeñen en no entenderme. Parece que a veces las heridas tienen que cicatrizar. Y cuando se sufre llegas a tal punto que procuras no sufrir más. Y eso, muy a mi favor, lo he cumplido.

PD: Aunque nunca me callo,
guardo un par de secretos.

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